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La Academia de Sommelier Concha y Toro busca a travès de diversas actividades brindar herramientas de perfeccionamiento a los sommelier que la integran. Entre esas actividades hay catas, videoconferencias, clases y en este caso un concurso de cata a ciegas del cual participè recientemente. La cata a ciegas consiste en la descripciòn o identificaciòn de un vino sin haber visto la botella.

En la primera etapa, al llegar a Almena, distribuidora local de los vinos de Concha y Toro, nos encontràbamos con nueve copas (una de ellas negra) y se debìa determinar el origen del vino, cepaje, estadìa o no en roble, precio aproximado y zona especìfica. Con respecto a la copa negra, su contenido era el mismo que alguna de las otras ocho copas, asì que debìamos indicar a cuàl correspondìa.

Supuestamente iban a pasar cinco finalistas, pero fuimos seis los que llegamos a la ùltima instancia ya que se dio un empate. La final fue sensiblemente màs difìcil. Las diez copas que aparecen en la foto que ilustra este artìculo eran las que nos esperaban, y las dos negras en esta ocasiòn no correspondìan a ninguno de los otros ocho vinos, sino que habìa que identificar su tipo, cepaje, origen, crianza o no, precio, etc. Para todo el proceso disponìamos de una hora y la cantidad servida, no màs.

Luego de cerrado el concurso, nos enteramos cuàles eran los vinos en cada copa, con alegrìas y frustraciones obviamente. Los vinos elegidos para esta final realmente nos pusieron a prueba, ya que habìa un Carmènére argentino y un Malbec chileno por ejemplo, los cuales obviamente no son los exponentes a los que estamos acostumbrados.

En el correr de los dìas siguientes y al conversar con algunos de los participantes, la sensaciòn era la misma: que la dificultad fue notoriamente mayor que en la primera instancia y que iba a estar muy parejo. Todos tenìamos aproximadamente la misma cantidad de aciertos y errores, algunos vinos que fueron identificados por todos y otros por nadie. Los puntos recibidos en la determinaciòn del pasaje o no por barrica y su precio seguramente hayan hecho la diferencia final.

Walter Fernàndez (presidente de la Asociaciòn Uruguaya de Sommeliers Profesionales) y Loreto Ruiz (coordinadora de la Academia Sommelier Concha y Toro) nos comunicaron hoy los resultados a los participantes y con grata sorpresa descubro que obtuve el segundo puesto en el concurso, dentro de una sexteta de gran experiencia y expertise.

¿Què deja este concurso? Primero obviamente una gran felicidad por el resultado conseguido. Segundo, alegrìa por la ganadora, Adriana Rossi a quièn vuelvo a enviar mis felicitaciones ahora por este medio. Tercero, pistas sobre los aspectos a mejorar, como por ejemplo la cata de Carmènére, cepaje que tengo bastante flojo. Cuarto, ganas de seguir aprendiendo.

Ojalà haya cada vez màs estas instancias donde poder compartir conocimientos y experiencias, ademàs de poderse medir principalmente con uno mismo.

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