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Es un interesantìsimo debate el otorgar un peso especìfico al contenido de un mensaje y a la forma. Mucha gente le darà màs peso a uno que a otro. Muchos romànticos diràn que el contenido es màs importante (una suerte de “lo que importa es lo de adentro” idiomàtico). En lo personal creo que ambas tienen el mismo peso y son parte fundamental de un todo màs importante que la suma de las partes.

El contenido y la forma son el mensaje. El uno no puede vivir sin el otro. Cuando uno es muy bueno pero el otro es malo, el mensaje se pierde en la confusiòn. Obviamente esto sucede con el vino y con otras àreas mucho màs importantes. Podemos observarlo hoy en dìa, marzo 2021 con la comunicaciòn que hay al respecto de la pandemia. Una forma bien maquillada puede esconder las falencias del contenido dando como vàlidos mensajes falsos, lo cual es muy peligroso. Lo mismo a la inversa.

Pero volvamos al vino. Cada dìa hay (afortunadamente) màs y màs comunicaciòn acerca del vino, proveniente de personas con diferentes niveles de experiencia y “expertise” en el mundo vitivinìcola. Volviendo al debate forma vs contenido, tenemos gente que sabe mucho, tiene mucho contenido pero no sabe darle forma y gente que sabe menos pero son expertos en darle forma a su mensaje para que llegue a màs gente. Es sumamente difìcil lograr un balance entre ambos factores del mensaje.

En la forma del mensaje influyen varios aspectos, entre ellos por ejemplo la redacciòn. Dos tipos de redacciòn diferentes sobre un mismo contenido pueden dar mensajes bien distintos y lograr con mayor o menor èxito el objetivo de llegar a un determinado pùblico. Esto es sumamente subjetivo y enormemente discutible. Ahora bien, hay un factor que no entra en discusiòn a mi parecer: la ortografìa. Hoy no me voy a concentrar en la ortografìa en el sentido del uso de tildes o letras confundidas, sino en el uso de los artìculos y plurales.

A veces al leer dos o màs documentos acerca del vino encontramos variedad en el uso de los artìculos, pudiendo en un solo texto ver por ejemplo “el Chardonnay” y “la Chardonnay” refirièndose a la misma cosa. Al mismo tiempo podemos hallar formas extrañas de construir el plural.

¿El o la? En realidad dependerà del contexto. Si hablamos del vino producido con la uva Chardonnay, lo adecuado serà hablar de “el Chardonnay”, lo mismo sucede si hablamos del cepaje. Ahora bien, si hablamos de la uva o variedad, diremos “la Chardonnay”. Esto parece bastante sencillo y no merece màs anàlisis, ¿pero què sucede con el uso del plural? ¿Los Chardonnay? ¿Los Chardonnays? ¿Los Chardonnais?

Consultè hace años a la Real Academia Española sobre este tema y querìa compartir con ustedes lo que me respondieron.

“Las denominaciones de las distintas cepas o clases de uvas suelen aparecer como sustantivos con el sentido de ‘vino elaborado a partir de esa determinada variedad de uva’. En estos casos, pluralizan con normalidad, añadiendo el morfema -s o -es, en funciòn de su configuraciòn formal, cuando el tèrmino es español.” Es decir, perfectamente podemos decir los Albariños, los Verdejos, los Tempranillos.

La cosa se complejiza un poco cuando tenemos nombres de variedades en idiomas extranjeros que no aceptan el morfema s o no lo hacen tan naturalmente. “No es infrecuente que la clase de la uva tome su nombre de la zona de donde es tìpica, de modo que existen muchas denominaciones de cepas que pueden considerarse extranjerismos. En estos casos, pluralizan, de acuerdo con la morfologìa española, si se consideran adaptados o segùn la morfologìa de su lengua de origen cuando no presenten adecuaciòn grafofonètica con el castellano (no es infrecuente mantenerlos invariables, a menudo por desconocimiento de la morfologìa de la lengua de origen). En este ùltimo caso, ademàs, deben resaltarse con cursiva (o entrecomillarse, si se trata de un texto manuscrito). Los Malbecs obtuvieron varios premios en la pasada ediciòn. En una cata ciega, los mejor valorados fueron dos Chardonnais.” Aquì es necesario hacer un corte. Si bien amo la lengua española, la castellanizaciòn de algunos tèrminos me parece un crimen idiomàtico, y de la misma forma que me niego a escribir güisqui para referirme al destilado, me rehùso a escribir Chardonnais. Por ùltimo la RAE respondìa que “si la denominaciòn de las distintas cepas se emplea en aposiciòn al sustantivo uva, lo normal es que queden invariables en singular: En esta zona se cultivan uvas Merlot.”

Siguiendo este mismo camino y habiendo consultado otros profesionales de la lengua, podemos marcar entonces el plural de la variedad a travès del uso del artìculo dejando invariable el nombre, encontràndonos con “los Tannat”, “los Cabernet”, etc, para aquellas uvas o vinos cuyos nombres no provengan del castellano.

Lleguè a ver algunos colegas que para hablar del plural de algunas uvas, utilizan el apòstrofo. Es decir, he visto escrito “los Tannat’s”. El apòstrofo (me enterè hace muy poco que decir apòstrofe està mal, es otra cosa) es un signo de escritura que no tiene uso en el español actual y en los idiomas que se utiliza no tiene como funciòn marcar el plural, sino la pertenencia o unir dos palabras donde una termina y la otra comienza en vocal.

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