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Parece haberse instalado el calor en estas latitudes y eso invita a vinos blancos, rosados y espumosos, màs allà que se pueda tomar cualquier vino en cualquier momento. Dentro de los vinos blancos podemos elegir entre las grandes etiquetas de este fantàstico 2015 o buscar alguna opciòn de vino reserva, màs complejo y desafiante, como es el caso del Preludio Blanco de Familia Deicas, corte de Chardonnay y Viognier. En este caso de una añada que fue de gran calidad, pero una granizada terrible a fines de enero hizo que muchas bodegas perdieran gran parte de su producciòn.

De color amarillo intenso con tonos dorados, adelanta en la copa su estructura al prenderse de la misma y mostrar claras làgrimas que se toman unos momentos para bajar.

En nariz aparece algo tìmido al principio, pero luego comienza a desplegar aromas a manteca propios de su malolàctica, vainilla, crema, miel, limòn y membrillo. De fondo hay tonos levemente ahumados y notas a caramelo de limòn.

En boca es soberbio, confirmando su estructura y con buena acidez. Sus sabores recuerdan la miel y el limòn, y su retrogusto va màs hacia el lado de los aromas provenientes de la madera.

Se debe disfrutar frìo, esperarlo unos minutos en la copa y acompañarlo con un plato de mariscos bien condimentado, un pez bien grasoso y por què no, una costilla de cerdo con miel y jengibre, junto a unas zanahorias glaseadas como acompañamiento.

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