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La uva Riesling es una variedad blanca originaria de Alemania, màs especìficamente de la regiòn del Rhin. Es la variedad màs cultivada en el paìs germano con màs de un quinto de su superficie. En la regiòn de Alsacia, en Francia, es tambièn muy popular, siendo ademàs la ùnica regiòn francesa donde està permitido su cultivo. Es una uva tìpica de clima fresco aunque ha encontrado su lugar en otros paralelos màs càlidos, como nuestro paìs, Argentina y Chile entre otros. Los primeros registros formales de esta variedad datan de 1435.

Hoy compartirè las notas de cata de cuatro ejemplares de Riesling, dos nacionales, uno argentino y otro alemàn. De todos ellos, sòlo el argentino no se encuentra en nuestro mercado, pero es fàcil de conseguir en la vecina orilla. La selecciòn de vinos de hoy està compuesta por el Viñedo Pan de Azùcar Riesling 2014 de Bouza, el Lahusen Riesling 2016 de Los Cerros de San Juan, el Luigi Bosca Riesling 2014 (Argentina) y el Lorenz Riesling 2014 de la bodega del mismo nombre (Alemania).

Luigi Bosca Rielsing 2014. Este vino lo catè junto a la colega y amiga Antonella de Ambroggi. A pesar de ser un vino con tan sòlo dos años, hubo que trasvasarlo a un decanter para que se abriera completamente. El color fue amarillo limòn brillante con ribetes nacarados. Sorprendìa su densidad en copa hasta que investigando descubrimos que el vino permanece en contacto con sus lìas durante dos meses. En aroma abarcò notas caracterìsticas de la variedad como petròleo, caucho y dejos minerales, junto a frutas blancas como pera, manzana, ciruela y uva moscatel. Se sumaban tambièn toques de durazno y frutos secos.

En boca era intenso y voluptuoso, con sabor claramente mineral (grafito, piedra) y frutas como pera y manzana. Posee muy buena acidez y su final es persistente gracias a un leve amargor final que hace la experiencia muy interesante. En el retrogusto repite la mineralidad y le suma confitura de limòn y un dejo de piña.

Acompañò perfectamente unos camarones con leche de coco, chiles y cilantro. Cuesta $A 280, unos $U 700 al cambio de la fecha.

Bouza Viñedo Pan de Azùcar Riesling 2013. Primera añada de este vino en el mercado, actualmente està tambièn la cosecha 2014, pero su producciòn limitada hace que sea difìcil de encontrarlo en las gòndolas. Si el 2014 se va a comportar igual que este, recomiendo esperarlo, ya que lo encontrè mejor que cuando lo habìa probado por primera vez hace un año y algo. De color amarillo marcado con ribetes verdosos, plantea ya su ompulencia en la copa al moverla.

En nariz es bien mineral, con notas de combustible y piedra, junto a càscara de limòn y pomelo, algo de uva fresca y un tono de flores blancas. A la boca llega con un ataque muy agradable y un sabor que va de lo mineral a lo frutal ida y vuelta. La acidez es media, media alta y el retrogusto recuerda al caucho y frutas de pulpa blanca. Su final es prolongado y acompañò muy bien unos tallarines con salsa de tomate y alcaparras (no abusar de ellas porque son muy invasivas). Cuesta un poco màs de $ 500

Lorenz Riesling 2014, de la zona de Mosela, en Alemania. De un tiempo a esta parte la empresa Vino Alemàn està trayendo al Uruguay diversos vinos de Alemania y Austria. En su momento publiquè una nota de cata de todos ellos (la pueden ver aquì). Dentro de su porfolio hay dos Riesling, pero concentrèmonos en este.

En copa se presenta de un color amarillo trigo leve y brillante, movièndose àgilmente. En aromas, al igual que la primera vez que lo probè, encontramos piedra, mineral y grafito junto a duraznos y peras. Esta segunda vez hallè aromas a frutos tropicales y un leve alimonado.

A pesar de ser un vino dulce para nuestra legislaciòn (tiene 8,5 grs de azùcar por litro), soprende su acidez. El sabor es marcadamente mineral y con notas de ralladura de limòn y fruta blanca. De larga permanencia mantiene en el retrogusto lo mineral, en forma de grafito, junto a peras y un mango muy sutil.

Fue un brillante acompañante de un pollo al curry con arroz integral.

Nota importante: nuestra legislaciòn determina que los vinos con menos de 12 grados de alcohol sean considerados vinos de mesa. Este Riesling posee 11,5, por lo que aparece sobre su etiqueta la leyenda “Vino de mesa”, pero les aseguro que se trata de un vino de excepcional calidad, que vale lo que cuesta, un poco màs de $ 700.

Lahusen Riesling 2016. En este caso tuve la oportunidad de probar una muestra de tanque, por lo que para disfrutar de este vino habrà que esperar unas semanas, pero les aseguro que serà una espera que valga la pena.

Al ser una muestra de tanque no tiene sentido hablar del color, ya que no està filtrado ni mucho menos, apareciendo entonces algo turbio, lo cuàl obviamente no llegarà a la botella ni a su copa.

En nariz se destaca por su frescura y limpieza, donde podemos percibir nìtidamente aromas a cìtricos como limòn y pomelo, frutos blancos como ciruelas y durazno, flores como el azahar y notas caracterìsticas de la variedad como piedras y caucho.

En boca es sutil, con una acidez bien marcada pero que no despunta. El sabor es a frutas blancas y flores, mientras que para el retrogusto es el turno de los cìtricos y los tonos minerales. El final es prolongado e invita a probar otro sorbo de inmediato.

Està en el entorno de los $ 200 y serà compañero ideal de los atardeceres que se nos vienen con una lectura liviana, una compañìa destacable y una fritata de pejerrey con abundante limòn. Para paladares màs gourmet, irà tambièn muy bien con algùn ceviche con pomelo rosado.

En definitiva, es una cepa poco comùn pero con varios exponentes en nuestras gòndolas, todos ellos bien distintos y totalmente disfrutables. Hay uno màs, tambièn Alemàn, del que hice referencia en la siguiente nota de cata. En Uruguay hay algunas plantaciones màs de la variedad en el este del paìs pero aùn no pude saber si serà usado para varietal o corte.

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