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Un vino ideal para los amantes de los blancos con guarda. Si bien en la contraetiqueta no especifica la composiciòn, el corte, creaciòn de la enòloga Adriana Gutièrrez, està formado por un 73% de Viognier, un 15% de Chardonnay y un 12% de Pinot Grigio. El 60% del vino fermenta en barricas de roble y el 40% restante lo hace en tanques a bajas temperaturas.

En la copa se presenta de un color oro brillante, con una densidad que se nota al moverlo en la copa, quedando adherido a la misma y descendiendo muy lentamente.

En nariz se nota claramente la influencia de la barrica, pero sin tapar en ningùn momento los aromas frutales que van hacia la mermelada o la fruta confitada. Aparecen el durazno, la piña, el damasco y la naranja confitada como aromas primarios. Luego se sienten los provenientes de la madera como la vainilla, la manteca y el tostado. Se suman a este abanico de aromas avellanas y flores blancas exuberantes.

En boca es amplio, untuoso, con sabor a tostado y manteca, junto a unos duraznos muy maduros, casi en mermelada. La acidez es correcta y equilibrada, gracias a la parte que fermenta en tanques de acero. El final es persistente y el retrogusto es de frutos secos, especialmente avellanas, junto a dejos de fruta tropical.

Se hicieron poco menos de 2.500 botellas de este vino, por lo que seguramente no sean muchas las que aùn se encuentren en las gòndolas. Tiene un costo apenas por encima de los $ 400 y les aseguro que los vale, mucho màs si lo acompañan con un queso brie envuelto en masa de hojaldre con mermelada de frutillas y frutos secos.

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