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Esta semana estoy para los vinos de la dècada pasada. Hablè del Pinot Viejo 2002, el RPF Brut Nature 2004 y ahora llega el turno del Zaris 2006 Tannat de la extinta bodega La Masseria Rigual. Hoy, con otros dueños pero el mismo equipo de trabajo la podemos encontrar como El Capricho Winery. Està ubicada en Villa del Carmen, Durazno, terroir muy interesante del centro de nuestro paìs.

Encontrè este tesoro en las estanterìas de Las Croabas (queda alguna màs), lugar que recomiendo para aquellos que quieran buscar vinos que sean difìciles de encontrar. En la noche de ayer y para acompañar unas empanadas gourmet decidì abrirlo. Si encuentran alguna botella por ahì les digo dos cosas. La primera, còmprenla. La segunda, decanten el vino al menos una hora antes de consumirlo.

Cuando recièn lo abrì y olì la primera copa, habìa un importante aroma a encierro que me hizo sospechar que tal vez ya habìa pasado el momento de este vino, pero decidì esperarlo. El vino siempre merece una oportunidad. Mientras esperaba pude analizar el color: bordeaux intenso con ribetes rojos opacos, como un rubì velado. En la copa formaba importantes làgrimas que se tomaban unos instantes antes de caer.

Vayamos al aroma. Hacìa tiempo que un vino que al comienzo no prometìa demasiado, sorprendìa tanto luego desplegando un abanico de aromas impresionante. A medida que los minutos fueron pasando tanto en el decanter como en las copas, el vino se empezò a abrir, se deshizo de ese aroma a encierro que comentaba y comenzò a hablar.

Los aromas ahumados fueron los primeros protagonistas en aparecer, junto con tonos a cafè, cuero y chocolate. A ellos se le sumaban especias como el anìs y dejos de tabaco. Luego apareciò tìmidamente una fruta negra muy, muy madura y violetas marchitas. Tras unos minutos màs se sumaron a la escena aromas a brea, regaliz, cedro y cacao.

En boca es amplio y fresco, con sabor a especias y cafè junto a un toque de ciruelas pasas. Tiene buena astringencia y su final es medio. De retrogusto terroso dulce y caramelo, con cafè torrado hacia el final.

Un vino que merece ser tomado y que està en un momento ideal si lo que queremos es enfrentarnos a un vino diferente y complejo, lleno de aromas e ideal para esperarlo durante un rato mientras la charla se va dando. Quien busque una bomba de frutas seguramente no quede conforme, pero aquellos que lo escuchen van a quedar màs que satisfechos.

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