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Hace unas semanas les contaba acerca de los Micro-Terroir-Istas. Entre ellos se encuentra la bodega de Carmelo El Legado, que de la mano de Bernardo Marzuca nos brinda un Syrah, un corte de lujo y el Tannat que hoy nos convoca.

En la copa se comporta como todo Tannat debe hacerlo, con un color purpùreo muy intenso, casi negruzco incluso, con ribetes entre violàceos y colores que recuerdan a las ciruelas negras.

En nariz aparece una ciruela negra, junto con moras y violetas secas, como en el popurrì. De inmediato se suman las notas provenientes de su crianza, como vainilla, cacao y tostado.

El sabor es intenso y fresco, con toques de fruta negra madura y tostado. Los taninos son claros pero amables, generando la astringencia justa que pide comer un alimento rico en grasa. El retrogusto reitera los frutos negros y le agrega un marcado cacao, mantenièndose en el paladar durante varios segundos.

Un gran Tannat que de todas formas, en mi opiniòn, està en desventaja cuando lo comparamos con el Syrah de su bodega. Para consumirlo ahora o guardarlo sin temor durante varios años màs.

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