Debo confesar primero que nada que nunca me atrapò la Fòrmula 1 (ni ningùn otro tipo de automovilismo), pero conozco un sinfìn de personas a quienes les despierta una pasiòn increìble, justificando madrugar para ver en directo los premios y carreras. Por otro lado confieso tambièn que no puedo dejar de admirar a los ingenieros…